UNA SERENATA A TODA MADRE

Más allá del confinamiento, mayo es el "mes de las madres". Y a las madres está dedicado el repertorio de este grupo de mariachis que deambulan por Bogotá llevando una serenata a quien quiera asomarse a la venta para oírla. Lo hacen porque la pandemia del coronavirus acabó la vida social en el país y con esta su fuente de ingreso. Aunque quieran, las personas no pueden celebrar ya con serenatas ruidosas, pero ellos tienen que sobrevivir y por eso van de cuadra en cuadra entonando las canciones de Vicente Fernández, Javier Solís y José Alfredo Jiménez.

El grupo está compuesto por integrantes de diferentes mariachis, como el Classico de Veracruz (sí, con doble s) o el Sones de México. Los músicos están perfectamente coordinados, no solo para tocar sus instrumentos, sino para atrapar el dinero que la gente les lanza envuelto en servilletas  desde las ventanas o para seguir el curso del vuelo de algún billete.

Vestidos de forma impecable, afeitados al ras y peinados con esmero, estos tipos se ganan la vida llevando alegría y buena música a los barrios de Bogotá. Claro, el cansancio y las preocupaciones se notan, pero la gente responde y reconoce con metálico su arte.